Una vez asentados en Yogya y con el estomago agradecido de la cena y las cervecitas, que nos sirvieron sin problema, comenzamos nuestra visita a Yogya y sus alrededores.
Por la Mañana temprano vino a recogernos el chofer que habíamos contratado y que era recomendación directa de Jajang, lo que nos aseguraba un buen servicio que quedo demostrado en los dos días que pasamos con el y en los cuales se comporto de forma excepcional y sin dar ningún problema.
Nuestro primer destino por la mañana fue una pequeña tiendecita, y hago un inciso. Mi amigo Angel, ha tenido la brillante idea de hacer las invitaciones de boda en Yogyakarta, todo a través de una compañera de trabajo que es natural de esta ciudad y que le recomendó un amigo. Después de dimes y diretes, retrasos, problemas con la comunicación, nervios y preocupaciones por parte del futuro matrimonio, por fin consiguieron obtener las invitaciones de boda, pero... claro, 200 invitaciones son tela y aquí que las hacen en modo libreto, con tapas duras y todo, no veas lo que pesan y ocupan, así que cuando las recibieron (un día después de nuestra primera visita a la tienda), el disgusto de la parejita era de aúpa, así que les deje un ratito solos para que discutieran lo que iban hacer con las invitaciones, finalmente, después de una cena donde ya empezaron a tomarse con humor el problema y se relajaron un poquito, acudí raudo y veloz a la solución del mismo (Pues menudo soy yo), entre las dos maletas de mano, les repartí todas las invitaciones haciendo gala de una exquisita capacidad para jugar al Tetris, así que finalmente las invitaciones acabaron en dos maletas que nos acompañaron todo el resto de las vacaciones sin mas problemas.
Nuestro destino principal (una vez superado lo de las invitaciones) era el templo de Borubudur, un templo de la religión Budista que es patrimonio de la UNESCO, es una construcción piramidal que consta de 4 alturas diferenciadas, la primera que simboliza la parte terrenal, el hombre en si mismo, la segunda altura simboliza la parte espiritual encerrada en un cuerpo terrenal, la tercera altura, representa la parte espiritual por fin liberada del cuerpo terrenal y la ultima parte representa el Nirvana.
Nos paseamos el templo admirando los diferentes retablos esculpidos en cada una de las partes del templo donde se representan las distintas etapas del Budismo, los relieves a mi se me parecían mucho a los relieves de los pórticos de iglesias románicas solo diferenciado en el tipo de escenas que se representan.
La primera idea, era ver un día el templo de Borubudur y otro día el templo de Parambanan, pero viendo que era pronto y nos daba tiempo de sobra, nos animamos a ver también el templo Hindú. Este templo no esta mal, pero la verdad que me impresiono mas el de Borubudur, aquí, nos encontramos con 8 edificios que están dedicados a las distintas deidades que tiene esta religión, según la importancia del dios, mas grande es su "capilla". Este templo fue destruido prácticamente por un terremoto en 2006 y siguen con los trabajos de reparación, las "capillas" principales están reparadas y en sus alrededores puedes observar una cantidad de piedras desperdigas que te dejan una idea de la devastación del terremoto
El segundo día fue algo mas relajado, nuestra intención era ver el palacio del Sultán, pero al ser el día de la Independencia del País, no pudimos acceder, así que visitamos un pequeño recinto donde lo que mas nos enseñaron fue la forma de convivir las tres religiones mayoritarias del país (Islam, Hinduismo y Budismo), así como los trajes regionales y la historia de como el país fue cambiando de una religión a otra (Yo creo que con el Budismo estarían mas contentos), después de el pequeño recorrido, nos alquilamos unos carros de eso típicos que tienen como tracción a un señor dando pedales y nos acercaron a la escuela taller donde hacen Batiks, que es la prenda por excelencia de este país y se basa en dibujar con tintes naturales sobre seda, o algodón, todo de una forma muy artesanal, aquí tuvimos la oportunidad de comprar alguna tela de este tipo (No encontré nada de tu estilo, Madre)
Acalorados del paseo y con ganas de relajarnos, nos fuimos a la playa mas cercana de Yogya, no se si la mas bonita, pero a mi me vale, pues el lugar es estimulante, un fondo con una vegetación imponente y una playa enorme con arena finísima y agua limpia que se ve turbada por la cantidad de olas que hacen del mar un sitio divertido de bañarse aunque peligroso si no te defiendes bien en esas aguas, pues la resaca que tenia ese día el mar, era fuertísima. El pero, siempre hay un pero en este país, y siempre suele ser el mismo, y es que no son capaces de cuidar la playa, que tienen llena de plásticos y de colillas de cigarros y por donde puedes ver a los oriundos dando paseos en caballos o carros de caballos y lo que molesta algo mas, son los que pasean en quads. El sitio como digo es bonito y no esta nada masificado, puedes obtener una gran tranquilidad, pero no saben cuidar sus entornos.
Por la noche nos juntamos para cenar con Mario y Enri (novia de Mario) que coincidíamos por primera vez en el viaje. Ellos venían de Singapur, por lo que tenían un poco de bajón al llegar Indonesia y más después de haber pasado una noche en el Marina Bay. La cena estuvo bien y nos echamos unas risas, eso si
rodeados de españoles, Yogya estaba plagado de españoles por todos los lados. No estiramos mucho la velada, pues al día siguiente a las seis de la mañana nos salía el vuelo para Bali y nos iba a tocar madrugar un poquito.
A Bali llegamos reventados, con ganas de dormir y mas sobre todo después de aguantar el vuelo y la hora de viaje hasta el hotel que teníamos reservado en Ubud (Bali), así que nuestro primer día en Bali lo aprovechamos para quedarnos tranquilitos en el Hotel sin movernos y disfrutando de un ambiente relajante que nos propiciaba el hotel que estaba construido cerca de unos Arrozales donde solo el sonido de los pájaros y de las cometas que ondeaban en el cielo rompían el silencio existente, tumbado al borde de la piscina, me quede dormido gracias a la calma que se respiraba en aquel lugar.
